Suzuki Grand Vitara

La motorización HDi + el chasis de largueros y la caja reductora le dan un interesante condimento a este 4x4 verdadero, con buenos desempeños en ciudad y ruta, y más allá del asfalto, su actitud supera a todos los todocaminos (incluso a algunos TT) y le permite sacar el jugo de un buen conjunto mecánico.

EI Grand Vitara lleva varios años de vida con pocas modificaciones; un todo terreno estéticamente agradable, con un entreejes generoso, una correcta medida de neumáticos, una silueta bien trabajada y su herencia suzuki en la construccion de todo terrenos. Si bien no rompe ningún esquema, esta bien balanceado y sin puntos disociados.

Sentados frente al volante tiene una posición muy cómoda (se regula altura y apoyo lumbar) con cuidado de los materiales, esmero en las rebabas y terminaciones en general. Visibilidad lógica y un tablero que resume sencillez y claridad.

La idea de suzuki al desarrollar este vehiculo es la evolucion logica del vitara: un 4x4 que pasará muchas horas de su vida en la ciudad, donde el motor ágil pero a la vez elástico, la caja acompaña con sus correctas relaciones y el tamaño haran que se mueva fluidamente en el tránsito.

El motor es un algo perezoso de abajo, pero a partir de las 1.600 rpm toma vuelo. En las tres primeras marchas trepa suelto casi hasta las 5.000 rpm sin quejarse. El consumo en este ámbito supera los diez litros cada 100 kilómetros recorridos. Los frenos responden satisfactoriamente y las suspensiones copian con la dureza exacta, gracias al empleo de resortes en ambos trenes de rodaje. No cansa después de manejarlo muchas horas.

El diferencial delantero se engrana con un movimiento de la segunda palanca, haciendo que el Gran Vitara se convierta en un buen 4x4, logicamente limitado por el lado del recorrido de las suspensiones (endemico en suzuki y que debe modificarse para lograr un rendimiento aceptable en offroad) y el despeje del suelo, demasiado justos en sus 20 cm. Tracciona bien (los neumáticos promedian un buen desempeño adentro y fuera del asfalto), en terrenos muy accidentados empuja sin condicionamientos y sólo hay que estar atentos a que no se pare el motor si se lo deja demasiado bajo en vueltas.

El chasis de largueros ofrece una garantía contra maltratos, la capacidad de vadeo es la normal, y en los descensos pronuncia-dos y terrenos muy rotos hay que estar atento: las relaciones de la baja son un poco más largas de lo habitual y casi no hay freno motor, pero con un poco de experiencia pasa por donde muchos la verían fea. En terreno blando lo ayuda su peso y la brillantez del motor.

La variante pequeña, 2.0 NAFTA 3P resulta ideal por precio y prestaciones como segundo vehiculo o para iniciarse plentamente en el 4x4. Con cuatro adultos se las arreglan bien, no más. Las plazas traseras están más altas y la posibilidad de reclinarlas por mitades hace que no se tenga que viajar con la espalda a 90°. En el equipamiento, es basico. El funcionamiento del cuatro cilindros naftero no desentona pero tampoco es un mundo de sensaciones. Es suave y el carácter llega por encima de las 4.000 rpm; abajo de ese régimen, es medio perezoso. No es el motor ideal para el 4x4. A 120 km/h en 5° gira a 3.600 vueltas y los consumos no asustan. Con la baja conectada -operación sencilla y sin titubeos- es un tractorcito y salta la diversión a cada paso.

En simple o en doble, el pequeño aventurero japonés indica la senda.

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